Thursday, January 18, 2007

Peloezorra

Acudo de nuevo a personajes de caricatura para saciar mis impulsos de dar a conocer a quienes no los han visto. Para mostrar a muchos de los estereotipos que diariamente vemos en la calle y que por la fuerza de la costumbre, ya no nos sorprenden o nos causan morbo como la primera vez.
"Pepo" o más precisamente René Ríos, fue un dibujante chileno que logró construir alrededor de Condorito, una serie de personajes que distan de ser elaboraciones ficticias y en cambio son la viva representación de la cultura y los habitantes americanos del cono sur.
Para el caso preciso de este escrito, quiero hacer referencia a estas desvalidas o bien merecidas personas que simplemente NO nacieron para tener pelo; tal como el personaje terciario de Condorito, "Cabello de Ángel", cuya cabellera antes de parecer pelo, es más bien un copo de esos que uno sopla con la novia cuando esta pastando en un parque.
El Peloezorrismo o síndrome del Peloezorra, es una condición genética con la que nacen algunos individuos, donde la característica predominante se presenta como una falencia total en la docilidad, tersura o suavidad del cabello o pelo circundante en la superficie de la cabeza.
La relación o etimología de la palabra como tal (Pelo - Zorra), nunca fue explicada a mi en su cabalidad por su descubridor; pues si bien la palabra puede interpretarse como alguien cuyo pelo se asemeja a la tupidez y risamiento del pelo del un animal (Zorro/a), pues también hay cabida para que sea entendida, como una persona que tiene un cabello similar al que tendría una mujer-zorra (Bataclana, furcia, perrita, casquibana), debido al los efectos de la revolcazón constante y las múltiples capas de laca fijadora. De todas formas cualquiera de las 2 interpretaciones que se le dé a este término, sirven como elemento aclaratorio e ilustrativo de este fenómeno de rebeldía capilar.
Una tarde me encontraba en una tienda esperando algo o a alguien, cuando de pronto por la puerta veo entrar a un hombrecito que dirigiéndose al mostrador con toda la seguridad del mundo respaldada por su condición de pelorraro esponjado y brillantoso, pidió una cerveza y un trozo grasiento de salchichón envuelto en servilleta. No podía quitar la mirada de su frondosa y desbordada cabellera que como una estopa o esponjilla de brillar ollas, me embrujaba y me llamaba mágicamente para que la tocara, mientras que él engullía gustosamente sus alicachines de media tarde. Al término de su banquete y con una limpieza facial y sonada de nariz con la misma servilleta, nuestro hirsuto amigo tomó de su bolsillo un palillo o mondadientes para terminar el acicale, y con su codo apoyado en la vitrina se dedicó a detallar el entorno que lo rodeaba, como diciendo - Este soy yo, así vivo, este es mi pelo y yo soy el rey de la buena vida. Intempestivamente mandó la mano al bolsillo posterior de su pantalón, tomó un cepillo de esos que sirven para el Blower y repaso magistralmente y con técnica su pelusa, (la cual por cierto nacía a partir de 2 cms de sus cejas), se enderezó y abandonó el lugar como un búfalo rampante rumbo a la pradera.
No puedo creer lo que veo, me dije internamente. Que confianza, que donaire, que estilacho! Mientras que muchos se avergüenzan de su peloefique y tratan de domarlo con cremas o gel fijador; este personaje lo portaba como una insignia y ante todo se preocupaba por mantenerlo más esponjado y lustroso de lo debido, con su cepillo taqueado de pelambre.
Unos nacen para ser calvos, muchos nacen para ser monos y otro tanto nace para parecerse al de la foto.
///Gracias a J.P. por la inspiración///

Saturday, January 13, 2007

Cinco Cuentos Cortos Color Pardo

Delicadezas Culinarias: 11:32 pm, Neiva Huila en la década de los 70's. Un constipado borrachín retorna a su casa después de una novena bailable. Un par de horas atrás en la celebración navideña y en medio de una ataque intempestivo de hambre, nuestro famélico y sigiloso personaje irrumpe en la cocina para procurarse unos bocadillos que contrarresten un tanto los efectos del licor. En el mesón descubre una bandeja de populares buñuelos, junto a lo que parece ser una miel clara o almíbar para acompañarlos. Toma un plato y se sirve una cantidad considerable de buñuelos y los rosea con un generoso chorro del caramelo liguero que se encontraba cerca. Engulle de manera apresurada para evitar ser descubierto, encontrando una cierta insipidez en su platillo y un exceso de grasa en la preparación, pero con la insensibilidad propia del alicoramiento hace caso omiso a esta experiencia gastronómica y en segundos deja desnudo el plato. Regresa al festejo para terminar de beber media botella de anisado que había encaletado, y en un sincronismo perfecto al finalizar la última gota del trago, una sensación de desalojo intestinal lo aborda obligándolo a abandonar la escena delictual. 11:33 pm, el borrachín atraviesa apresuradamente la puerta de su casa y extrañamente se dirige a la cocina. Con solo ese delirio artístico y creativo que aflora con la bebida, abre el horno de la estufa y toma una sartén, baja sus pantalones y deposita la inmundicia que lo atormenta de manera delicada en esta superficie metálica, cayendo en cuenta de que el famoso almíbar para buñuelos no era tal, sino simplemente el aceite donde se habían freído (causal de su gran molestia estomacal), sube sus pantalones y acomoda de nuevo la paila dentro del horno, se dirige a su habitación y se desploma en la cama. Al otro día alguien encontrará esta perfección culinaria presentada a manera de canapé dentro de la hornilla, provocando varias sensaciones corporales, entre ellas el vómito.
El Tobogán: En la habitación del segundo piso de un apartamento centralmente ubicado en la capital colombiana, un recién levantado mozalbete se dispone a emprender el nuevo día. Todavía adormitado sale de su cuarto y se dirige al inodoro para eliminar el producido de la noche de descanso. En medio de silbidos y tarareos de canciones vallenatas, se sienta en el ovalado receptáculo para desperdicios orgánicos y empieza a liberarse en un acto de purificación mañanero. Termina su cometido y descarga la cisterna; minutos después escucha gritos y maldiciones provenientes del garaje ubicado en el primer piso. No presta atención y continúa con la labor de limpieza. En el garaje de un apartamento centralmente ubicado en la capital colombiana, maestros de obra rompen la baldosa del recinto para tratar de descubrir un daño de humedad relacionado con la tubería de aguas negras. Martillan y rompen hasta llegar al conducto de desagüe, el cual se encuentra roto en la parte superior con un orificio de unos 2o cms. Mientras analizan el caso escuchan como se aproxima desde el segundo piso la descarga de un inodoro y sin tiempo de reacción en cuestión de segundos se ven salpicados de la cintura para abajo, de un líquido cafesoso y maloliente. El comentario de uno de los obreros en los días siguientes hará referencia a lo raro que se ve el excremento deslizándose por la tuberías, y en medio de risas dirá que si de ahí será que se inventaron el tobogán.
Disolvencia a Negro: Una calurosa mañana en un paseo finquero familiar y a causa de síntomas como taquicardia, dolor de cabeza, enfermedad estomacal y malestar general, un enguayabado personaje lentamente se dirige al baño para tratar de reponerse de alguna forma de su intoxicación etílica. Se sienta en el sanitario y aplicando la milenaria maniobra de sostener la caneca de lo papeles para el vómito mientras que por el otro extremo se intenta excretar, primeramente ocurre lo de la trasbocada, dejándolo agotado y palidecido. Terminada la sesión de devolver el contenido estomacal, nuestro amigo intenta desalojar el contenido intestinal. Se inicia una faena de pujidos y esfuerzos agotadores e infructuosos que al pasar los minutos lo debilitan, haciéndolo sudar frío y robándole los pocos alientos que le quedan. Un último envionazo de fuerza termina por agotarlo finalmente; empieza a ver borroso y con manchas negras, pierde fuerza en todas sus extremidades, su presión sanguínea se baja y termina por desmayarse en un fundido a negro. Minutos después vuelve en sí y se encuentra rodeado por varias personas que con extraña mirada tratan de comprender si fue obra del diablo o de un abuzón, que el enfermo se encuentre atorado dentro de la taza del inodoro con sus piernas colgando como las de un infante. Como pueden lo desatascan mientras el agua escurre por su parte posterior y lo llevan a que se recupere. Meses después todos reirán sobre este absurdo incidente. Comer tanto pan te puede taponar. Hacer tanta fuerza no lleva a ningún lado.
Todos están Invitados: En una entretenida fiesta de despedida que incluyó una gran variedad de cervezas, vinos, tragos fuertes y el perfumado Pisco Chileno como personaje principal, un delirante beodo planea una celebración alterna, un festival macabro en honor a las heces fecales. Su plan es muy simple, hacer la mayor cantidad de deposiciones en diferentes sitios del lugar. Primero santifica o maldice el inodoro de servicio de la fiesta, con una descarga incontrolable que asusta y llama la atención de algunos de sus allegados. Como segundo acto decide bajar al garaje de la edificación para realizar un segundo rito maléfico. Se acurruca y despide una segunda carga de excrementos en el pavimento del lugar, sus compañeros preocupados por su comportamiento casi que demoníaco, lo intentan levantar e incorporarlo de su posición excretora. Para sorpresa de ellos la fuerza inflingida en la operación, hace que este se levante casi que disparado y caiga encima de sus ayudantes, embadurnándolos enteramente de residuos fecales. 2:00 am de la madrugada, un enfurecido caminante se dirige a su casa con no más vestuario que una camiseta, una gorra, unos calzoncillos y unos tenis. No pudo soportar el olor de la mierda en sus pantalones y prefirió quitárselos y darlos por perdidos. Nuestro chamán de la putrefacción se levantará al otro día en medio de un olor repulsivo y tendrá el peor guayabo moral de su vida. Será objeto de burla y remembranza hasta el día de hoy y los días venideros.
Sin prueba de ADN: Tres no inmigrantes colombianos se alojan en un modesto apartamento de una población cercana a Chicago en los Estados Unidos. Al pasar un mes de su confortable estadía, pasa lo que era inevitable; se tapona de forma inminente el único sanitario del inmueble. Dio una aguerrida batalla y soportó de manera heroica los ataques subversivos de sus inhabitantes para finalmente entregar sus armas y taponarse, quedando como un mártir abnegado de la salubridad. En un intento arriesgado de recuperar a nuestro héroe, uno de los huéspedes se envuelve la mano y el antebrazo en una bolsa plástica para intervenir al agonizante inodoro. En medio del agua turbia y los recovecos internos del aparto, se topa con un objeto enorme y duro como roca. El forcejeo se prolonga por varios minutos, hasta que la mano domina al taponador y logra sacarlo al mundo exterior. Nuestro héroe de cerámica vuelve a respirar y su nivel de agua retorna a la normalidad. Al medio día se analiza el causante de tal catástrofe, un espécimen cilíndrico y abultado en uno de sus extremos, de textura rocosa y con una longitud aproximada de unos 20 cms. Solo faltaba determinar con quién estaba emparentado esta abominación, para asignar culpabilidades; haría falta una prueba genética para conocer la paternidad. Minutos después apareció el tercer habitante y usuario del baño, por su contextura y sus desmedidos hábitos de alimentación y correspondiente defecación, fue fácil determinar quién había sido el causante del taponamiento y del espantoso bebé que lo ocasionó. No hubo necesidad de prueba de ADN.
///Historias basadas en hechos reales///

Thursday, January 11, 2007

Artichokes

Cynara Scolymus: Es una planta cultivada en climas templados y utilizada como alimento. De tallo prominente y morfología similar a la de un espárrago, suele consumirse solamente su inflorescencia (flor), descartando el tallo. Comúnmente se le conoce como Alcachofa, Alcachofera, Alcaucil o Artichoke en el idioma inglés. En culinaria suele ser un producto delicado y complejo en su preparación, ya que sus hojas presentan una dureza considerable y una textura aterciopelada, por lo que en últimas solo se consume su corazón y una que otra hoja interna. Su cocción necesita un preludio profundamente aburridor y tedioso: "Lavar delicadamente la pieza teniendo especial cuidado en eliminar rastros de tierra que pudieran quedar entre sus hojas, retirar las hojas manualmente hasta llegar a la profunda capa que cubre el corazón, con un rallador pelar la porción de tallo que queda al descubierto, cortar en mitades o cuartos con un cuchillo fino a conveniencia. Según se necesite, hervir en agua con limón y reservar aparte, o refregar con un limón en crudo y conservar para evitar oxidación. Preparar al gratín, a la parrilla, en estofado o en la receta que más convenga". Realmente no entiendo como una hortaliza tan engorrosa, elitista y sumamente comprometedora como la Alcachofa, pudo haber causado un incidente tan bizarramente confuso y risible como el que relato en las líneas siguientes: Lola invitó a Moncho a un restaurante en el centro de una populosa ciudad de los Estados Unidos para que probara un delicioso platillo de Alcauciles. Ya que Moncho nunca había saboreado esta exótica verdura decidió que era una buena opción. Antes de emprender hacia el restaurante decidieron hacer una parada de risa en casa de Paco para fumetear un poco (por cortesía de Lola), con el fin de abrir el apetito. Para sorpresa de Paco y de Moncho, la calidad del humo que se fumaron superó sus expectativas en cuanto a THC (Tetrahidrocanabinol) se refiere. Siendo nuestros 2 personajes dos habitantes de tierras tropicales y cálidas, fueron afectados rápidamente por la pastura proporcionada por Lola, entrando casi que instantáneamente en un estado de englobamiento, perdida de palabra, desorientación, pérdida de la inteligencia y palidez mortuoria; conocida en el ámbito porrístico como "La Franklyn". "La Franklyn" podría considerarse como una sobredosis poco común que afecta principalmente los niveles de azúcar, la temperatura corporal y la capacidad de alocución del afectado, deshabilitándolo y descalificándolo por completo para desarrollar cualquier actividad que se le encomiende. Para Paco este lapsus se resumió en una contemplación enfermiza de sus manos y las telarañas que yacían en una esquina del techo del cuarto. Pero para Moncho el asunto se vio acompañado por una actitud analítica de las 2 personas que lo rodeaban, como si tratara de escuchar sus pensamientos. Lola que ya estaba acostumbrada a estos niveles de alteración sensorial, apuró a Moncho para salir de casa de Paco y atender el compromiso que previamente tenían con las Alcachofas. Se pusieron en la cabeza 2 pitazos más del verde enloquecedor y abandonaron el recinto. Paco quedó en su habitación perdido aún en la inmensidad de sus manos y esa maldita telaraña de la cual no podía entender quien la había puesto allí. Al salir del apartamento y con cada segundo que pasaba rumbo a la estación del metro, la paranoia de Moncho aumentaba de forma exponencial, todo lo afectaba y todo conspiraba en contra de él. Llegaron a la estación, tomaron el tren con facilidad y el recorrido se hizo en silencio. Al llegar a la estación cercana al restaurante, un Moncho deteriorado mentalmente descubrió el complot que se había estado gestando durante la noche. De repente levantó su mirada y en la cara de Lola vio la maldad pura, vio a Rasputín, a Hitler, a Judas y a Campo Elías el de Posseto. Inmediatamente como mecanismo defensivo y con lo poco que pudo balbucear canceló esta cita fatal que tenía, alegando formalmente no se sentía nada bien. Lola extrañada entendió y se marchó, dejando a la deriva a nuestro delirante y alucinante amigo... En la trastornada mentalidad de Moncho todo estaba claro, debía retornar lo más pronto posible a la casa de Paco en una carrera vertiginosa en contra del tiempo, para evitar que este fuera asesinado brutalmente por Lola. Se puso en modo espía escondiéndose en las columnas de la estación, se deslizó entre al gente como una sombra hasta tomar el tren de vuelta. Al llegar este, se mezcló entre las personas y se camufló como mejor pudo hasta llegar a su destino. Desabordó el coche y corrió velozmente hasta el lugar donde ocurriría el homicidio, a sabiendas de que la psicópata que lo había embolatado con una Alcachofa, también se dirigía al lugar. Subió apresuradamente las escaleras de la entrada trasera, golpeó incansablemente hasta que Paco diera señas de estar bien. De repente Paco abrió lentamente la puerta y encontró a su amigo Moncho aterrorizado pero calmo a la vez, al saber que aún se encontraba con vida...
Paco: - Hola loco como estuvo la comida?
Moncho: - Descubrí que Lola lo iba a matar a usted y me devolví para salvarlo.
Paco: ???????????????????????
Paco: (en medio de carcajadas) - Lo siento Moncho, me mató... pero de la risa.
Paco: - Y que pasó con los Artichokes?
Moncho: (aterrizando del viaje) - Nunca sabré a que saben, lo único que sé es que de tanto fumar bara, el cerebro me quedó floreado como una puta Alcachofa...
///Basado en un episodio de paranoia de C.L.///

Wednesday, January 03, 2007

Las Cosas que no me Pueden Quitar

Han habido muchas cosas que la vida me ha negado y muchas otras que no he tenido la oportunidad de tener. Solo los recuerdos hacen parte de de esas cosas que no me pueden quitar... La noticia de final de año acerca de la revocación de la licencia de transmisión de la cadena de Radio y Televisión Venezolana, Radio Caracas Televisión (RCTV), disparó en mi un sentimiento de profundo descontento y recalcó una vez más la actitud de desaprobación que siento hacia el "Presidente" Chávez. Lo anterior es debido a una etapa de mi vida en donde por la época estaba de moda la gloriosa "Parabólica", esta magnificente antena que llevaba a los hogares colombianos un sinnúmero de canales del exterior (en su mayoría peruanos). Pero había uno en especial que tenía especial significación para mí; RCTV y su programa de humor "Radio Rochela". Una transmisión de humor de actualidad venezolana, donde particularmente había un sketch llamado "Los Colombianos", el cual trataba las aventuras de unos inmigrantes colombianos que por medio de la venta ambulante se rebuscaban la vida. Para mí este segmento resultaba ser una ejecución magistral de la risa, pues es muy raro que alguien en Suramérica trate de imitar el acento y la actitud de nosotros. Para la muestra adjunto un link del programa en mención: http://www.youtube.com/watch?v=AQ-HWPVS3TA No me podrán quitar esas bailadas con la tía guapachosa en las festividades decembrinas con la melodiosa música tropical de La Billo's Caracas Boys y los primeros pinitos salseros de la mano de Oscar D'León. Ni tampoco la danza grupal "Agarrense de las manos", tema insignia de José Luís Rodríguez "El Puma", el mismo que vimos perdido en New York hace algunos años. Mucho menos podrán arrancar de mis entrañas, "El Valle de Balas" de Desorden Público, la porno - música variadita de Los Amigos Invisibles, esa "Fan Enamorada" de Servando y Florentino que cuando la oía me aguaba el ojo y las baladitas obligatorias de buseta patrocinadas por Ricardo Montaner. Según los periodistas colombianos, la historia ha demostrado que el inicio de muchas dictaduras comienza por la censura, represión y cancelación de los medios de comunicación, como mecanismo de contención para la salida de noticias al exterior, con el ánimo de encubrir el conflicto interno y evitar una intervención militar por parte de los aliados. Si analizamos a profundidad el esquema de gobierno de Chávez, podríamos estar presenciando el preludio de una catástrofe en contra de la democracia. Hechos como la adquisición vertiginosa de material bélico, la permisividad subversiva en la frontera, las alianzas con países funestamente peligrosos del medio oriente, el apoyo de presidentes de izquierda en Suramérica y la implantación de un régimen autoritario apoyado financieramente por la posesión del petróleo, dan fuertes señales de que esta bomba de tiempo política podría llegar a ceros en cualquier instante, acabando con todas esas cosillas venezolanas que tanto apreciamos. No quiero perder la imagen sublime de Bolívar como el libertador que nos dio la esperanza que unos pocos tratan de quitarnos, ni el humor único y picante de Carlos Donoso con su parranda de muñecos calentones y bizarros. No quiero que me quiten a todas las reinas buenonas que nacen en ese hermoso país (en especial Alicia Machado), ni que se me borre el recuerdo de "Topacio" con sus ojos verdes sufriendo por amor. Tal vez lo que quiero decir es que en Venezuela son más las cosas buenas que las malas (Solo 1) y que desde la capital colombiana y en nombre de todos los que concuerden con este escrito, apoyo con estas letras a RCTV y a su trabajadores para que no pierdan la fe y se mantengan firmes en la lucha, para no perder un producto que desde hace más de 50 años ha sido parte fundamental de la vida de todos los venezolanos. Nota: El título inicial de este artículo iba a ser "Perdiendo a mis Venezolanos".