Bogotá Shopping District o ¿Quién es esta Gente?

El plan de ir a vitrinear siempre va a ser una buena terapia de distensión sobre todo si se trata de la llegada de un nuevo almacén de cadena. Después de atravesar la mitad de la ciudad en medio de un trancón absurdamente insoportable, llegué al centro comercial que contenía esta novedosa propuesta de comercio proveniente de Chile. El lugar en sí tiene un diseño bien pensado que permite la circulación fluida de los compradores, dando a los nuevos visitantes el poder de detallar en su totalidad todas las secciones, trajo consigo marcas propias en objetos de diseño para la casa y una extensa variedad de ropa segmentada casi que de manera precisa, para todo los estilos de vida y todas la edades. Para mi sorpresa todo lo anterior no fue lo que me llamó la atención, sino esa sensación de reminiscencia que tuve a los pocos minutos de estar deambulando entre los pasillos. Fue como estar en un Mall de los Estados Unidos debido a la extraña cantidad de personajes estereotipados con los que me topaba constantemente, y que enigmáticamente no parecían ser colombianos. Familias enteras vestidas con ropajes de verano como si no se hubieran percatado de los insoportables aguaceros sorpresivos de la ciudad, hordas de mini mujeres que no sobrepasaban los 14 años, discutiendo asuntos fashion profundos acerca de que ponerse y para que ocasión, uno que otro gordete atiborrado de marcas acompañando a su modelo siliconuda a derrochar cantidades considerables de dinero de dudosa procedencia, en combinaciones de mal gusto y una extraña especie de mujeres de edad indefinida a causa del sinnúmero de cirugías cosméticas que su desgastada piel ha tenido que soportar. ¿Quién es esta gente?, ¿acaso este centro comercial tiene una pista de aterrizaje privada para turistas que vienen de Norteamérica y en plan turístico está incluido llevarlos a conocer lo nuevo? La repuesta no la sé, lo que si puedo decir con respecto a estas señoras patológicamente adictas a las cirugías plásticas, es la explicación del porqué todas se ven iguales. Acontece que este subgrupo de personas son las que años atrás tuvieron la oportunidad de emigrar a alguna de las ciudades de U.S.A. para establecerse y empujar la economía familiar. Por lo general se radicaron en los lugares de la parte baja del subcontinente en ciudades como Los Ángeles o Miami, siendo esta última la de más condensación poblacional. Monetariamente es relativamente fácil para cualquier persona amasar fortunas en este país y vivir con todas las comodidades, pero existen bienes y servicios de consumo como las cirugías plásticas que resultan ser más económicas en Colombia, más precisamente en Medellín, Cali y Bogotá; debido al alto grado de profesionalismo y proliferación de clínicas estéticas. Por tal manera y a causa del paso inclemente de los años, estas féminas tienen como hobbie viajar con un plan completo que incluye latonería y pintura total, recuperación postoperatoria y unos días de vacación, para que desprevenidos ciudadanos como YO las admiren y se sientan aterrorizados al ver estas maravillas de la ciencia moderna. Como dije con antelación, es casi imposible poder determinar la edad de estas vetustas; el único rasgo que da indicio de su cronología son las manos, manos esqueléticas y con apariencia de banano pasado de maduración por la cantidad de manchas, la cara parece una fotografía pues tiene la misma expresividad al reír, llorar o cantar. Su cabellera es un rubio quemado por los efectos de la tintura y el sol del trópico y el color de la piel es una tonalidad polarizada cafesosa, que no tiene nada que envidiar a las mejores bañistas brasileras.Fue una experiencia diferente y nueva para mí, quizás debido a la falta de salir más de la comodidad de mi habitación. También pudo haber sido un episodio de paranoia y alucinaciones debido a que se me había pasado la hora de almuerzo, pero lo que si está claro es que quedará rondando en mi cabeza la difusa pregunta del inicio ¿Quién carajos es esta gente?