Thursday, January 11, 2007

Artichokes

Cynara Scolymus: Es una planta cultivada en climas templados y utilizada como alimento. De tallo prominente y morfología similar a la de un espárrago, suele consumirse solamente su inflorescencia (flor), descartando el tallo. Comúnmente se le conoce como Alcachofa, Alcachofera, Alcaucil o Artichoke en el idioma inglés. En culinaria suele ser un producto delicado y complejo en su preparación, ya que sus hojas presentan una dureza considerable y una textura aterciopelada, por lo que en últimas solo se consume su corazón y una que otra hoja interna. Su cocción necesita un preludio profundamente aburridor y tedioso: "Lavar delicadamente la pieza teniendo especial cuidado en eliminar rastros de tierra que pudieran quedar entre sus hojas, retirar las hojas manualmente hasta llegar a la profunda capa que cubre el corazón, con un rallador pelar la porción de tallo que queda al descubierto, cortar en mitades o cuartos con un cuchillo fino a conveniencia. Según se necesite, hervir en agua con limón y reservar aparte, o refregar con un limón en crudo y conservar para evitar oxidación. Preparar al gratín, a la parrilla, en estofado o en la receta que más convenga". Realmente no entiendo como una hortaliza tan engorrosa, elitista y sumamente comprometedora como la Alcachofa, pudo haber causado un incidente tan bizarramente confuso y risible como el que relato en las líneas siguientes: Lola invitó a Moncho a un restaurante en el centro de una populosa ciudad de los Estados Unidos para que probara un delicioso platillo de Alcauciles. Ya que Moncho nunca había saboreado esta exótica verdura decidió que era una buena opción. Antes de emprender hacia el restaurante decidieron hacer una parada de risa en casa de Paco para fumetear un poco (por cortesía de Lola), con el fin de abrir el apetito. Para sorpresa de Paco y de Moncho, la calidad del humo que se fumaron superó sus expectativas en cuanto a THC (Tetrahidrocanabinol) se refiere. Siendo nuestros 2 personajes dos habitantes de tierras tropicales y cálidas, fueron afectados rápidamente por la pastura proporcionada por Lola, entrando casi que instantáneamente en un estado de englobamiento, perdida de palabra, desorientación, pérdida de la inteligencia y palidez mortuoria; conocida en el ámbito porrístico como "La Franklyn". "La Franklyn" podría considerarse como una sobredosis poco común que afecta principalmente los niveles de azúcar, la temperatura corporal y la capacidad de alocución del afectado, deshabilitándolo y descalificándolo por completo para desarrollar cualquier actividad que se le encomiende. Para Paco este lapsus se resumió en una contemplación enfermiza de sus manos y las telarañas que yacían en una esquina del techo del cuarto. Pero para Moncho el asunto se vio acompañado por una actitud analítica de las 2 personas que lo rodeaban, como si tratara de escuchar sus pensamientos. Lola que ya estaba acostumbrada a estos niveles de alteración sensorial, apuró a Moncho para salir de casa de Paco y atender el compromiso que previamente tenían con las Alcachofas. Se pusieron en la cabeza 2 pitazos más del verde enloquecedor y abandonaron el recinto. Paco quedó en su habitación perdido aún en la inmensidad de sus manos y esa maldita telaraña de la cual no podía entender quien la había puesto allí. Al salir del apartamento y con cada segundo que pasaba rumbo a la estación del metro, la paranoia de Moncho aumentaba de forma exponencial, todo lo afectaba y todo conspiraba en contra de él. Llegaron a la estación, tomaron el tren con facilidad y el recorrido se hizo en silencio. Al llegar a la estación cercana al restaurante, un Moncho deteriorado mentalmente descubrió el complot que se había estado gestando durante la noche. De repente levantó su mirada y en la cara de Lola vio la maldad pura, vio a Rasputín, a Hitler, a Judas y a Campo Elías el de Posseto. Inmediatamente como mecanismo defensivo y con lo poco que pudo balbucear canceló esta cita fatal que tenía, alegando formalmente no se sentía nada bien. Lola extrañada entendió y se marchó, dejando a la deriva a nuestro delirante y alucinante amigo... En la trastornada mentalidad de Moncho todo estaba claro, debía retornar lo más pronto posible a la casa de Paco en una carrera vertiginosa en contra del tiempo, para evitar que este fuera asesinado brutalmente por Lola. Se puso en modo espía escondiéndose en las columnas de la estación, se deslizó entre al gente como una sombra hasta tomar el tren de vuelta. Al llegar este, se mezcló entre las personas y se camufló como mejor pudo hasta llegar a su destino. Desabordó el coche y corrió velozmente hasta el lugar donde ocurriría el homicidio, a sabiendas de que la psicópata que lo había embolatado con una Alcachofa, también se dirigía al lugar. Subió apresuradamente las escaleras de la entrada trasera, golpeó incansablemente hasta que Paco diera señas de estar bien. De repente Paco abrió lentamente la puerta y encontró a su amigo Moncho aterrorizado pero calmo a la vez, al saber que aún se encontraba con vida...
Paco: - Hola loco como estuvo la comida?
Moncho: - Descubrí que Lola lo iba a matar a usted y me devolví para salvarlo.
Paco: ???????????????????????
Paco: (en medio de carcajadas) - Lo siento Moncho, me mató... pero de la risa.
Paco: - Y que pasó con los Artichokes?
Moncho: (aterrizando del viaje) - Nunca sabré a que saben, lo único que sé es que de tanto fumar bara, el cerebro me quedó floreado como una puta Alcachofa...
///Basado en un episodio de paranoia de C.L.///

1 comment:

Anonymous said...

mi espnyol no es muy bono pero es molt divertida la historia sige escribendo mas sobre fruitas.