El problema de estar casado para un hombre radica en el dilema que trae consigo la condición del género masculino, científicamente está demostrado que tanto hombres como mujeres tienen la tendencia a la promiscuidad y la infidelidad por consiguiente. En este último apartado quién se lleva el mayor porcentaje de la predisposición para serle infiel a su pareja, es el hombre.
Desde que tengo uso de razón, me acuerdo de constantemente haber escuchado historias de infidelidades, ya fuera dentro de mi familia, amigos de la casa, en las novelas, en el cine, en el colegio, en la universidad y en la calle. Pero tal vez la historia que más me llamó la atención por su nivel de complejidad, finura en su tratamiento y su inesperado final, es la que relato a continuación.
Cierto día un hombre casado, aburrido de la monotonía decidió irse a buscar nuevas experiencias sexuales por fuera de su casa, lo que hizo esa noche a la fecha no esta esclarecido. Pudo haber sido que se fue a un burdel a buscar una chica que le permitiera practicar su repertorio de truquillos sexuales, pudo haber sido que se encontró con una amiga de hace mucho tiempo y por circunstancias de tragos y de atracción física, terminaron embolatados en una faena pasional entre amigos, o también pudo haber sido que en extrañas circunstancias y víctima de la curiosidad, el hombre terminó con otro hombre haciendo maniobras que fueron directo a parar a la lista de "cosas que no debo hacer".
Muy temprano en la mañana nuestro protagonista se levanta con la desorientación y la incertidumbre típicas de una noche de descontrol, todavía alicorado mira debajo de su cobija y se encuentra desnudo, mira a su alrededor y no sabe en que paraje de la imperfecta geografía colombiana amaneció, como puede se viste con premura y abandona la escena del crimen. Ya la mañana empieza a clarear y con el presentimiento de un niño cuando hace un maldad y espera un regaño, pide al taxista que acelere la marcha. Al llegar a su hogar entra como solo saben hacerlo los mejores, con calma y sigilosamente, su cuerpo cansado solo le da motor para desplomarse en el sofá de la casa. Tras unas horas de sueño, recobrando conciencia y al abrir sus ojos, distingue frente a él una figura que se le hace familiar. Al lograr el enfoque, es su esposa que con actitud amenazante lo atisva con repudio. Inicio del desenlace.
Ella: - ¿En donde estaba?
El: - En una reunión...
Ella: -¿Con quién?
El: - Con unos amigos...
Ella: - ¿Porque llegó tan tarde?
El: - No conseguí taxi para venirme así que esperé a que amaneciera para devolverme...
Ella: - ¿...? (Con cara de intriga).
El: - ¿Porque me miras así?
Ella: - ¿Porqué llegó con las medias y los calzoncillos en el bolsillo?
El: - ¿..? (Con el cerebro revolucionándose como una moto de carreras)
Y EL PREMIO AL CREATIVO DEL AÑO ES PARA...
El: - Que no sabes mi vida, está pegadísimo utilizar medias color piel y la moda europea es NO usar ropa interior...
Ella: ¿...?
Ella: ¿...?
Ella: - Váyase a dormir... hablamos más tarde (Con cara de analfabeta en una cátedra de física qúantica dictada en japonés).
The End
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