Wednesday, November 15, 2006

Tierra de Gigantes

"Aquel que ve de manera diferente al mundo, es lo suficientemente sensible para entenderlo de verdad". Imaginen cada día despertar y sentir que todo lo que los rodea es hermosamente grandioso y tiene magnitudes de ensoñación, imaginen salir a caminar y sentir que están en Tierra de Gigantes, imaginen ver la realidad a través de los ojos de un enano... Al igual que un ciego que aprende a desarrollar de manera especial sus demás sentidos, para compensar la ausencia de uno o un sordomudo que desarrolla la destreza de comunicarse en el intrincado lenguaje por señas; así mismo el enano desarrolla esa capacidad que han perdido muchos para asombrarse con las cosas simples, el niño interior que no ha muerto en algunos, que se sorprende y sueña todavía. Ese conjunto de cualidades son las que hacen que estos seres humanos especiales, estén por encima de los demás y sean los verdaderos gigantes en esta tierra de enanos. A lo largo de la historia el enano ha sido un componente de la sociedad relegado a funciones poco enriquecedoras, que si bien no van en contra de la integridad física de la persona, si denigran su status de equidad frente a sus iguales. El enano ha sido encasillado como un acompañante de salón, un conejillo de indias de experimentos fallidos, un excelente cómplice para realizar actos delictivos como hurtos o sabotaje, la parte risible de una obra de teatro y el acto que todos esperan con ansias cuando el circo llega a la ciudad. El enanismo es una condición genética que no afecta solamente a la raza humana, también está presente en animales y plantas. En el caso de las personas la más común es la Acondroplasia (cabeza inusualmente grande, una frente prominente y un puente nasal plano). A su vez está condición genética se subdivide en 2 grupos: El Enanismo Común y El Enanismo Pituitario, este último se presenta por una disfunción en la glándula pituitaria la cual regula el crecimiento, de tal manera que la persona que sufre esta deficiencia, se ve como un persona normal con sus proporciones en orden, pero con un tamaño notablemente reducido. En otras palabras un modelo a escala.
En nuestra sociedad estos recortados personajes finalmente han tenido el reconocimiento y el respeto que bien merecen, laboralmente tienen el respaldo del código laboral como carta de garantía para desempeñarse en diversos oficios. Aunque al parecer ese lastre de figura cómica que arrastran desde hace siglos es imposible de liberar. Hace unos años en un exitoso restaurante-bar-desayunadero de la ciudad, el atractivo principal a parte de las lobas y gatas que asistían por montón, era un desparpajado y animoso enano que hacía las delicias de los presentes, al disfrazarse según la temática rumbera que tuviera para esa noche el sitio. Algunas veces se le veía en indumentaria de torero con traje de luces y capa asediando al público, otras veces personificando a un payaso (enano+payaso=mejor que un roscón mitad bocadillo mitad arequipe), boleando serpentinas y soplando un pito. La última vez que lo vi representaba a una palenquera con su respectiva pollera y una bandeja en la cabeza a más no poder de frutas. Como ven, estas pequeñas personas han sido fuente infinita de inspiración y controversia en todos los ámbitos del saber, por ser seres humanos siempre incondicionales frente a su aspecto físico. Tal vez los que estamos mal somos las personas del común, quizás somos nosotros los raros y a lo mejor todo el mundo debería ser enano para poder ver la grandiosidad del mundo que nos rodea.

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